Autoretrato lapidado en el que tiempo parece haberse detenido en un momento impreciso entre el antes o el después de haber tirado las piedras o haberlas recibido. Víctima y verdugo se confunden, desbordan el autorretrato y se vuelve culpa social, multiplicada. La misma silueta multiplicada se distribuye en el espacio, enfrentada ante su imagen como si fueran espejos
separados o unidos por caminos de piedra, como un Sísifo, o una Magdalena , donde se convoca en el mismo elemento material culpas y castigos. Formalmente la impresión en pelón colabora en la transparencia que permite utilizar las dos caras de la imagen, y mostrar en la liviana materia, la fragilidad humana. Fragmento testimonio S.Chanto.
CRÍTICA: En la propuesta de Sila Chanto, Tirapiedras, la incisión de la gubia se vuelvemucho más enérgica, casi furibunda. El grabado aquí se integra a la instalación, a la vez que transgrede su serialidad, al convertirse en un elemento modular. Sila estampa su silueta en la alternancia de blanco y negro, impresión y vacío, que es también presencia y ausencia. Esas figuras múltiples, separadas por austeros y silenciosos cuadrados de piedras, se enfrentan como imágenes especulares que ponen en escena tensos juegos de poder. (...) Así, la exposición Juego de damas da cuenta de las diversas posibilidades que estas artistas vienen desarrollando en torno a la gráfica, como medio eficaz de proposiciones artísticas e inquietudes existenciales. Y es notable que esas búsquedas se aparten de las determinaciones tradicionales del medio (la serialidad, el soporte bidimensional), para indagar más bien en una reconceptualización de su capacidad expresiva. De esa forma, el grabado se llena de significaciones. Y crece, como grana. Tamara Díaz Bringas: Crítica de artes. Damasatrevidas.
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